La agricultura protegida se originó en países con un clima templado que se veían afectados por la nieve, el frío y/o condiciones metereológicas extremas. Los primeros registros sobre agricultura protegida datan del año 1850 en los Países Bajos. Sin embargo, es una fecha estimada porque existen registros de construcciones erigidas cerca de esa fecha, destinadas al crecimiento y la conservación de las uvas.
Esta invención alteró las prácticas de la agricultura. Cayeron en cuenta que la mejor solución para proteger los cultivos era mediante el control de variables como la temperatura, la humedad y el agua que les permitiera crear un microclima favorable.
Pero su impacto real, fue cuando ocurrieron fenómenos climáticos muy dramáticos para la época entre 1972 y 1973, que dieron pie a las normativas NEN 3859 en Holanda y Países Bajos, considerados como unos de los pioneros en implementación e investigación sobre este tipo de sistemas. Sin embargo, otros países que también son pioneros de esta tecnología a nivel mundial son: China, España, Japón, Italia y Corea; lugares donde además se encuentran las mayores extensiones de cultivos protegidos. En América del norte son notorios los avances que han hecho en Estados Unidos y México. En América Central, Guatemala es el referente más inmediato.
Fue hace poco más de 50 años que esta tecnología llegó a nuestro país desde naciones europeas como Holanda o España, y tras algunos aciertos y errores se ha logrado mantener en constante crecimiento.
Las primeras estructuras que se instalaron en México fueron las que conocemos como
invernaderos. Su llegada fue en los años 50’s cuando un productor de la capital mexicana las instaló para producir plantas ornamentales y flores para la decoración de camellones, glorietas áreas verdes de esa ciudad.
Para mediados de los 80’s, se instalaron los primeros invernaderos en campo abierto para
grandes explotaciones de tomate en los estados de Sinaloa y Sonora, principalmente.Y fue hasta finales de dicha década y principios de los 90’s cuando tecnologías, principalmente europeas, fueron instaladas en nuestro país para la producción de ciclos completos de hortalizas.
Sin embargo, dichas estructuras no tuvieron el mismo impacto ni dieron los mismos resultados que daban en sus países de origen, pues las condiciones climáticas, geográficas y de costo eran -y son- muy diferentes en cada país. Erróneamente se pensó que con el simple hecho de usar tecnologías diseñadas para la mejor productividad de los cultivos éstos iban a funcionar efectivamente, sin embargo, su uso resultó tan desfavorable porque no solamente se instalan invernaderos a muy altos costos, sino que aún con la asesoría técnica extranjera no lograban hacerlos funcionar de forma eficiente y, al contrario, solo se lograron encarecer sus costos de operación.
De esta manera, muchos productores consideraron que la mejor solución para una agricultura protegida exitosa tenía que ser un traje a la medida, con estructuras hechas y diseñadas de forma personalizada; pues en realidad un invernadero no tenía que representar una inversión millonaria, sino que se podían lograr resultados más óptimos con tecnologías que no necesariamente debían ser tan costosas, sino más bien adecuadas.
Es por eso que hace aproximadamente 25 años en México nace una estructura muy ligera diseñada para sostener una película plástica y proteger principalmente de las heladas y el granizo, los cultivo de fresa en la zona del Valle de Zamora, Michoacán. Se denominó a la estructura como Macrotúnel.
En la actualidad existen alrededor de 25 mil has de berries (fresa,arándano, frambuesa, zarzamora) tapado con este tipo de tecnología, la cual contribuye al reto principal de empresas comercializadoras internacionales como Driscoll’s, que buscan asegurar el volumen demandado de berries a nivel mundial.
Derivado de la importancia de proteger los cultivos, la industria de agricultura protegida se ha convertido en uno de los pilares para el crecimiento de la industria agrícola en México.
Actualmente existen varias soluciones para protección de cultivo que hoy superan las 100 mil has, de las cuales aproximadamente 26,000 has se encuentran cubiertas con macrotúneles. lo que representa casi 15 por ciento del valor total de las exportaciones agroalimentarias mexicanas.
Sin embargo, aún cuando realmente ayuda al productor a reducir su riesgo de pérdida por eventos climatológicos y genera mayor productividad, es importante que el agricultor conozca la consecuencias tras las implementaciones de pasar de cielo abierto a agricultura protegida, ya que el manejo agronómico, el uso del agua y el incremento de mano de obra es evidente.